Foto de la autora. Lugo agosto 2017 |
Hoy me encontré con la joven que fui.
Solo un segundo,
en un olor olvidado
a madera antigua y a felicidad
extrema
(y a nostalgia,
siempre la nostalgia ...).
Me sonrió al verme
desde el otro lado del pasillo,
y supe que estaba orgullosa.
Pese a todos los sueños rotos
y a los caminos errados.
Pese a tantas vidas no vividas,
supe que le que gustaba la
suya,
la mía.
Quizá incluso más que a mí,
tan abstraída en planes
inútiles,
desenfocada entre futuros
posibles,
tantos frentes con sentido.
Así supe que estaba orgullosa,
que su vida le gustaba,
que los suyos la tenían maravillada
hasta hacerla gritar,
que su energía seguía allí,
intacta,
esperándome …
Porque todo era aún posible
desde su lado del pasillo.