La Palma. Foto de Lucas López sj |
Siete años después,
dos veces al año,
sigo visitando tu tumba
cuando comienzo a hundirme
en un océano sin aire,
cuando me asfixia esa tentación
con nombre de pescado.
Siete años después,
dos veces al año,
mamá sigue pensando
que no es suficiente.
Por eso vivirá en el mar,
libre de cuidados
y de olvidos.