|
Nubes a la puerta del cementerio de Montijo
|
CAPÍTULO 1
Al final, sólo los
recuerdos se atesoran. Todo lo demás pesa demasiado. Sólo ellos te elevan y te
guardan. Son los ladrillos de tu fortaleza, feliz y luminosa por dentro, pintada
de colores por fuera. Algunos días al menos.
Esa es mi misión ahora: que puedas encontrar tu castillo y apartes todo lo que bloquea su puerta, que estés más cerca de los que aún estamos, y te dejes cuidar un poco.
Todo está bien. Seguimos esa historia de ese libro, escrito en alguna parte, donde están todas las fechas. Todo está bien. Todos estamos bien. Y estaremos aún mejor. Aunque sea entre fecha y
fecha. No importa.
No importa nada.
Ya sé que no importa. Pero, a veces, no puedo evitar la sensación de desastre, inminente y brutal. Como vislumbrando que, a no mucho tardar, te hundirás en la tristeza infinita, y te apearás de todas tus rutinas, o considerarás algo inaceptable, y
ese algo, antes o después, nos autodestruirá.
Porque sé
que luchas cada día contra la tentación de abandonarte, de permanecer
sentada
a esperar la
muerte. Esa que nos va marcando las fechas del calendario desde hace tanto …
“Hoy hace
años tu abuela Dolores."
"Hoy hace
años mi padre".
"Hoy hace
años Marianito".
"Hoy hace años ..."
Padrino
Abuela
Josefa
Alfonsito
Tío Jesús
Bubi
Tía Paca
Tío Alfonso
Abuelo Juan
Tío Esteban
Tía Choni
José María
Rafa
Manolo
Fernando
Miguel Ángel
Tía Viti
...
Hoy hace
años Papá … Aunque esta fecha no se nombra, no hace falta, se anticipa todos
los meses. Todos y cada uno. Y cuando llega siempre es un número redondo y mágico, escrito en en rojo en nuestro libro de fechas.
Todos se
fueron yendo. Casi que somos menos los vivos en esta familia marcada por la desgracia.
Pero me enseñaste que esto también tiene sus ventajas:
1. Nos sabemos de paso.
2. Damos la importancia justa a problemas inútiles
y gentes malévolas.
3. No nos dan miedo los muertos.
4. Sabemos abrazar la fragilidad de otros, el dolor
a veces.
5. Tenemos la responsabilidad preciosa de vivir por
los que se fueron,
6. y la alegría de sabernos afortunadas sólo por
estar vivas
Muchas ventajas
que van y vienen, que a veces te arropan y otras te dejan a la intemperie, para
que te invada la tristeza, y te sientas sola y perdida en la inmensidad de la Nada. La Nada donde flotan todos los muertos.
También ellos
van y vienen, y nos abrazan o nos dejan, nos tumban o nos elevan, nos
empujan o nos paralizan ... Es difícil convivir con ellos, con todos ellos, con todos
sus espíritus y toda nuestra vida hecha un lío. Pero aquí estamos.
Aquí
estamos. Hasta aquí llegamos por caminos tortuosos, todos llenos de luz y de tinieblas.
Andando y desandando el trayecto. Así que ya no vamos a volver al punto de partida …
ahora toca hacer un plan para seguir el camino. A partir de hoy. De ahora
mismo. Vamos a diseñarlo juntas. Que no nos pueda la rutina, ni la pereza, ni el
cansancio.
Esto es lo que te propongo: ayudémonos a construir dos sueños. Uno tuyo.
Otro mío. Fijemos metas, objetivos, estrategias, recursos necesarios. Hagamos un
seguimiento mensual. Y volvamos a empezar cada vez que sea necesario.
Empecemos
por el mío. Mi sueño es cambiar el mundo. Ya lo conoces. Enfrentarme a lo injusto, remediar el sufrimiento, llevar esperanza, ayudar a los que no la tienen, discutirlo con quien haga falta, luchar contra el lado oscuro, localizar y conectar a los buenos ... Pero sabes que, al final, me ahogo en la
intendencia y me siento sola. Y mirándome el ombligo se me pasa el tiempo.
Tu sueño es
cambiar el mundo también, pero desde la bondad y la belleza, la cercanía y la compasión, la disponibilidad permanente, la atención a los detalles pequeños, la confianza infinita, la alegría como responsabilidad, la voluntad como energía, los colores como actitud, los abrazos como remedio, tus hijos como legado fundamental y principal desvelo.
Tú con las playas de Málaga como destino. Yo como Maestra Jedi si de soñar se trata. Y las dos con el humor como escudo protector, ese que surge de sabernos tan fugaces y ridículos. Todos, sin excepción posible.
Quizá debiéramos concretar un poco más, que con esta indefinición vamos a seguir atascadas mucho
tiempo. Aunque quizá ya estemos cambiando el mundo y no nos hayamos dado cuenta.