viernes, 8 de febrero de 2019

Conversaciones con Lalo

Ladislao en el huerto. Visita de 1 de junio de 2013, para enseñarnos las primeras cerezas del cerezo de mi padre.


Se desmorona mi vida a cada paso
y voy construyendo nubes con los escombros.

Alzan el vuelo en el aire,
como materia inerte,
almas sin peso,
tierra sin sombras.

Vuelan y vuelan 
sin descanso,
y dibujan formas caprichosas:

Casas felices,
patios ruidosos,
huertos feraces,
delineados con los restos
de esta vida deshilada,
que se deshace poco a poco
en un intercambio continuo.

Abrazos por recuerdos,
palabras por ensueños,
bullicios por susurros,
proyectos por descanso,
promesas por sonrisas.

Voy construyendo nubes 
con mis escombros,
y soy feliz
en esta disminución constante
que ahora me guía, 
despacio, 
hacia la Paz de la Nada.

Así me iré.
Cualquier día.
Sin avisar a nadie.
Aprovechando la ausencia.
Como sin darle importancia.

Y será como si no me hubiera ido.


Seré la presencia constante
del que salió un momento
a regar el huerto,
a mirar los pájaros,
a cuidar al amigo,
a sonreír a un niño,
a visitar al hermano, 
a pasear por Las Mestas...

Buscadme allí que estaré siempre,
con todos ellos,
con el que estuvo antes,
desde el principio 
hasta el final del tiempo.