Por vosotros permanezco,
que mi mayor aventura
fue veros aparecer,
ocupar ese hueco
en el espacio y el tiempo
que nació con cada uno.
Brotasteis en ese instante
desde la inmensa Nada
hacia el infinito que ahora sois.
Y sé que por ello permanezco
y permaneceré
del otro lado de la Vida,
para celebrar cada paso,
y abrazaros en cada tropiezo.
Para dejaros marchar
y abrir la puerta si volvéis.
Para alegrarme si os desplegáis
en historias incontables,
o si vivís una sola.
Para animaros a atravesar desiertos,
que habrá más de uno,
y admirar todas sus maravillas.
Por eso permanezco
y permaneceré siempre.
No hagáis caso a los lamentos
de esta madre dramática.
Mirad más allá de su queja
en los días más cansados,
y podréis ver todos vuestros sueños.
Todos se cumplirán,
aunque no se asomen al mundo.