sábado, 1 de febrero de 2020

Historias pequeñas de cumpleaños

Foto de la autora. Anochece entre amigas, El Puerto de Santa María enero 2020. 

El día que aprendí a hablar
mi madre me anunció su muerte,
con ese afán tan suyo
de curar heridas 
antes de que aparezcan.

Casi cincuenta años después,
muchos son los que se han ido,
y yo sigo ignorando
y temiendo
aquel anuncio. 
También hoy, 
en la hora que suma otro año.

No sabe que el día que se cumpla presagio
y yo no pueda estar atenta
a sus locuras y sus tristezas,
sus soledades y su risa,
su bondad y sus agobios, 
su lógica particular,
su ritmo vertiginoso,
su inconformismo, 
su rebeldía,
su energía agotadora,
sus dolores,
su oración continua ...

ese día ...

me desharé en todas mis lágrimas
contenidas desde niña.

Pero me recompondré,
como ella quiere,
con tiempo,
con mucho tiempo,
y con su amor infinito y eterno.

Solo así podré seguir 
bregando contra el absurdo.