jueves, 21 de mayo de 2015

El guardián de los tesoros



De pequeño ya era sólo sonrisas, movidas por un remolino. Bullicioso y simpático a veces. Otras, destrozón e imprevisible.

A su paso todo podía cambiar de lugar, incluso de forma, pero eso nunca era un problema.

Nunca nada fue un problema.

No supe ver que era la confianza misma, encarnada en un niño inquieto. Pero por fin lo he comprendido, y eso le ha hecho inmenso a mis ojos.

Sigue desbordando energía, en el fondo y en la forma. Y sigue eligiendo el mismo camino, cuando tiene que elegir alguno. El del corazón siempre. ¿Cuál si no?

No importa el daño sufrido. Los muros que le hayan frenado. El desengaño y la tristeza.

No importa.

Ese es su único camino transitable. Y en él prestó a su padre su ser entero, para cruzar en calma al trasmundo. Dispuesto todo para la partida, le nombró con los ojos heredero de su fuerza, guardián de todos sus tesoros.

Y en ello está. Trabajando a diario para que a los tesoros no nos falte la sonrisa. Que consigue que veamos colores, aún a riesgo de rompernos las gafas.

Difícil tiene ser mitad con ese espíritu libre, siempre de ida y muy pocas de vuelta. Con esa facilidad de conectar con multitudes diversas, incluso divergentes, y de sentirse amigo de veras de todas ellas.

Quizá asome algún día alguien raro, que levante la mirada de su ombligo, y comparta su ser generoso. Esa especie escasea, pero yo no pierdo la esperanza.

Mientras, sabe que nunca caminará solo, aunque no sea del Liverpool. Que todos somos del Atleti en esta fortaleza. Porque lo importante no es la meta. Lo importante, lo único, es el camino.




miércoles, 6 de mayo de 2015

Regalos de mar para mi madre




Quisiera guardarte en un cuadro
todos los azules del mar.
Todas sus olas cambiantes.
El rumor de su ir y venir.
El color del cielo.
El olor a sal.

Pintar la arena cálida
llena de risas de niños.
Los que son.
Los que fuimos.

Y enmarcarlo todo
en el abrazo inmenso
de todos nosotros,
los que aún estamos
y los que nos esperan pacientes,
habitantes eternos
de tantos recuerdos luminosos.