Pensando en Toni |
Miro los días por venir.
Todos en orden,
con sus galas y sus desidias,
todos por delante de mis afanes.
Traen un reguero de adioses,
duelos encadenados
entre vestidos de luto.
Pero el milagro ya fue,
y permanece para siempre.
Lo he descubierto de pronto,
a golpe de despedidas
y desapegos obligados.
Sonrío.
Tanto asidero superfluo
me volvió tan vulnerable,
que hasta el tiempo del despojo
no caminé sin muletas.
Y ahora me asombra
que no necesite nada.
Solo mirar el milagro
que ya fue
y permanece para siempre.