sábado, 15 de abril de 2023

Cernícalos al rescate



Sobre mi hoja de cálculo,
esta tarde de abril,
se enseñorea la voz de los cernícalos.

Han puesto su casa
en la palmera más alta.
Y desde allí van,
y vienen,
y me llevan en volandas,
sin saberlo.

Mi mente sigue fija en la pantalla,
pero el corazón ya escapó
de todas las celdas
para volar con ellos
hacia ninguna parte. 

Imagino que alguien los envía
con un mensaje secreto.

Son cernícalos en misión de rescate,
extranjeros en tierras de tórtolas,
extraños en esta planicie dura y sin agua.

Por ellos levanto la mirada, 
agudizo el oído,
oteo el horizonte más allá de las nubes.

Esos pocos gestos me salvan
del sinsentido y la angustia,
y traen de vuelta al corazón,
ya reconciliado,
capaz de trabajar de nuevo
sobre las celdas de la pantalla.